Me voy a casa con la satisfacción de poder decir que he
acabado los tres Dakar que he hecho. Estoy muy contenta con mi primera semana
especialmente, que fue cuando no sufrí ningún problema mecánico.
En esta edición pensaba acabar entre los 25 mejores y
pensaba que podía hacerlo, pero no fue posible por los problemas que tuve en el
día fatídico con el pulverizador del aceite. Luego los arrastré el resto de la
prueba.
Tengo que admitir que he acabado destrozada. El primer año
acabé muy cansada físicamente, en cambio, este año lo estoy psicológicamente.
Pasar una noche entera fuera del campamento es muy duro. De todos modos, estoy
satisfecha porque he mejorado mi pilotaje. No he cometido errores en la
navegación. De hecho, he comprobado que ahora voy mejor en lo que a este punto
se refiere.
Ya sólo queda pensar en 2014, en volver y en hacerlo mejor.
También en prepararnos aún mejor. El trabajo que hicimos es bueno y hay que
seguir en esta misma línea.