Llegué gracias a Miguel Puertas. Es un auténtico crack. Vaya
tute se dio. Se hizo más de 300 kilómetros remolcándome. Hasta me caí tres
veces porque la tirolina se liaba con la rueda delantera de la moto. Fue muy
duro, la verdad, muy duro. Nos dijeron que iban a cerrar todos los puntos de
control y corríamos lo que podíamos. No tuve tiempo ni de comer ni de beber
nada hasta que no llegué al campamento.
Sólo pude dormir una hora y media. Justo el tiempo que
tardaron mis mecánicos en cambiar el motor de mi Gas Gas y revisar la moto.
Gracias a ellos pude seguir en carrera. Ya no tengo opciones de hacer un buen
puesto en la general como en las dos pasadas ediciones, pero quiero llegar como
sea a la línea de meta en Santiago.
Por eso, el día de ayer fue también muy duro. He ido otra
vez con Puertas -su mochilero-. Los dos íbamos muy tranquilos, muy despacio.
Nos lo hemos tomado con toda la calma del mundo. El cansancio era muy grande,
tanto que los dos teníamos mucho miedo a dormirnos encima de la moto, con lo
que estábamos bebiendo todo lo que podíamos, para estar muy bien hidratados
porque hacía muchísimo calor, y rodando muy cerca.
Para colmo, al final de la especial, la ruta coincidía con
la de los coches. Al salir tan atrás, he tenido que tragar todo el polvo de los
participantes en las cuatro ruedas, y levantan mucho. Eso lo hacía todo mucho
más peligroso, pero al fin, por fin, pude llegar.
4 comentarios:
Vamos Laia, eres todo una campeona
Lo estás haciendo fenomenal. Hay que llegar
Animo!!
Laia ha sido muy duro, pero te honra seguir ahí sin tirar la toalla y 25 en la etapa de hoy, brutal! Es verdad q tu ángel de la guarda ha estado de lujo!! Ya queda poco. Muchísimo ánimo!!
No hay palabras. Gas!
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