He ido a un ritmo rápido, pero tranquilo, seguro. Tampoco me
he perdido en ningún punto. Este año estoy muy contenta con mi navegación. Está
claro que me gustaría abrir pista porque es donde se aprende más, pero,
igualmente, no me pierdo. Es algo en lo que noto que he mejorado.
Lo más fatigoso del día fue, de nuevo, el enlace. Eran casi
400 kilómetros antes de comenzar la especial cruzando los Andes. Salimos de
noche y hacía mucho frío. Se me congelaban los dedos en el manillar. No sé
exactamente cuántos grados había, pero debían ser muy pocos. Cerca de bajo
cero, seguro.
De todos modos, incluso con el frío, te entraba sueño. De
nuevo por el madrugón y también por la altura a la que estamos. Yo sigo
arrastrando algo de cansancio de los dos días malos que tuve y mi remedio es
ponerme la música a tope. Escucho de todo, especialmente, algo que me sepa
porque voy cantando por debajo del casco. Es la mejor manera para no dormirme y
hoy por hoy me funciona.
4 comentarios:
Pues nada, a seguir cantando, avanzando y pilotando tan bien como lo haces!
Para los tramos largos y aburridos la musiquita es lo mejor. Suerte y al toro
Seguimos apoyándote y seguimos much@s pensando que toda muestra de reconocimiento es poca. Muy grande, ya solo queda una. Gas!!!!!!!!!!
ya solo te queda la ultima etapa para descansar
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